
Llega agosto, el mes de vacaciones por excelencia en nuestro país, y miles de empleados incluirán en sus maletas su ordenador o su dispositivo móvil corporativo.
Las vacaciones veraniegas son el momento para disfrutar de un merecido descanso, del buen tiempo, la familia, los amigos y aquellas aficiones que el día a día no nos permite. Pero cada vez son más los empleados que, prefieren ojear su correo o sus aplicaciones corporativas para garantizar que todo sigue en “orden” o no hay nada urgente.
Las empresas deben velar por la desconexión digital de sus colaboradores. De hecho, están obligados a implantar y garantizar un protocolo, política o códigos internos sobre desconexión digital con sus trabajadores y teletrabajadores y con sus directivos.
Derecho a la desconexión digital
La desconexión digital es el derecho laboral de los trabajadores a no conectarse a ningún dispositivo digital de carácter profesional o del software de la empresa durante sus períodos de descanso y vacaciones. Del mismo modo, otorga el derecho al empleado a no contestar a las llamadas, mensajes de WhatsApp, correos electrónicos, videollamadas, o cualquier otro tipo de comunicación digital, en el ámbito laboral y fuera del horario habitual de trabajo.
Pero no solo es un derecho al que los trabajadores se pueden acoger en sus vacaciones o días libres, sino diariamente, una vez termine la jornada laboral.
El derecho a la desconexión digital nació para adaptar los derechos de los trabajadores a la nueva realidad de la digitalización para garantizar el respeto del tiempo de descanso. Aunque, también se considera una medida de prevención de riesgos laborales, para reducir la sobrecarga mental que puede conllevar la falta de la desconexión del trabajo y que puede conducir al estrés y la ansiedad.
Velar por el bienestar del empleado, controlando sus tiempos de conexión mejorará los índices de motivación de los trabajadores y, en consecuencia, se mejorará su productividad y rendimiento.
Riesgos de la hiperconexión
La hiperconexión o conexión permanente a los dispositivos digitales afecta negativamente al clima laboral y reduce el rendimiento y la productividad de los empleados. De hecho, una tercera parte de los empleados tienen un riesgo medio – alto de hiperconexión digital.
La pandemia ha acelerado el proceso de digitalización de las empresas y ha traído nuevas formas de trabajo. El teletrabajo tiene muchos beneficios para quienes lo practican, pero a su vez también conlleva riesgos. La separación del trabajo y la vida privada es más compleja, los espacios físicos son los mismos y los avances digitales permiten una disponibilidad de los empleados 24/7.
Los riesgos laborales de la hiperconexión giran en torno a tres ejes fundamentales:
- Fatiga digital. El uso intensivo de los dispositivos digitales se relaciona con la falta de habilidades en la autogestión del tiempo, que, unido al aumento de control del rendimiento por parte de las organizaciones, puede conducir a mantener una hiperconectividad y disponibilidad constante realizando actividades a cualquier hora y en cualquier lugar, prolongando las jornadas laborales más allá de lo admisible, generando altos niveles de estrés laboral.
- Trastornos físicos, derivados del uso excesivo de pantallas y de la adopción de malos hábitos posturales que dan lugar a fatiga física o muscular. Los principales síntomas son vista cansada, dolores de cabeza, visión borrosa, visión doble, ojos secos y dolor de cuello y hombros.
- Trastornos psicológicos. La sobrecarga de trabajo y los límites difusos entre los espacios laboral y familiar, así como el exceso de información, proveniente de diferentes fuentes digitales y la posibilidad de sufrir continuas interrupciones del trabajo, son claros ejemplos de factores que afectan al nivel de atención y rendimiento.
¿Cómo prevenir la hiperconexión?
Los riesgos de la hiperconexión son altos, de hecho el estrés de los empleados es causa de pérdidas millonarias para las empresas, de ahí que todas las organizaciones empiecen a plantearse dirigir sus estrategias de compensación a cuidar del bienestar de sus profesionales.
Las medidas preventivas adoptadas para prevenir el impacto de las TIC y orientadas a favorecer la desconexión digital pasan por:
- Formación sobre los riesgos asociados a la conexión permanente, la gestión del tiempo y la gestión del cambio tecnológico.
- Crear protocolos específicos y medidas que garanticen la no interrupción de los descansos; instalar programas automáticos que imposibiliten la recepción y envío de correos electrónicos o el acceso remoto al servidor de la empresa fuera del horario laboral o limitar su uso a determinadas horas o en determinados días.
- Realizar campañas de sensibilización sobre la incidencia del uso inadecuado de las TIC en el equilibrio vida-trabajo y sobre la necesidad de separar la vida laboral, de la personal o familiar.
- Organizar el tiempo de trabajo planificando tanto la cantidad de trabajo previsible como la inesperada y el plazo de finalización estableciendo prioridades para evitar la multitarea y la prolongación de la jornada laboral.